Canadá tiene
puntos emblemáticos, tanto lugares de
interés como maravillas 100% naturales.
Lugares de interés:
• El
Museo Real de Ontario (Royal Ontario Museum), comúnmente conocido como ROM, es
un museo de historia natural de Canadá localizado en la ciudad de Toronto, cerca
del extremo norte de Queens Park y de la Universidad de Toronto, con la entrada
principal por Bloor Street. El Museo Real de Ontario fue fundado en 1912 y fue
parte de la universidad hasta 1968; hoy en día, el museo y la universidad trabajan
juntos en muchos proyectos. Es el museo de cultura mundial e historia natural más grande de Canadá. El ROM
es el quinto museo más grande de América del Norte, y contiene unos seis
millones de ítems y más de 40 galerías. Tiene una colección importante de
dinosaurios, arte africano y de Oriente Próximo, arte de Asia oriental,
historia europea e historia de Canadá, también minerales y meteroitos. Posee la
colección de fósiles de esquisto de Burgess más grande del mundo, con más de
150.000 especímenes.
Debido al crecimiento de la colección, el Real Museo de Ontario ha tenido que ser ampliado en tres ocasiones. La primera vez en 1933, la segunda en 1978 y la tercera en 2005. Esta última fue realizada por el arquitecto Daniel Libeskind, de EE. UU nacido en 1946.
Debido al crecimiento de la colección, el Real Museo de Ontario ha tenido que ser ampliado en tres ocasiones. La primera vez en 1933, la segunda en 1978 y la tercera en 2005. Esta última fue realizada por el arquitecto Daniel Libeskind, de EE. UU nacido en 1946.
• La Torre Nacional de Canadá (Canadian
National Tower en inglés), o simplemente Torre CN (CN Tower como es conocida
internacionalmente) es una estructura no sostenida por cables en tierra firme,
la quinta más alta del mundo (tras el Burj Khalifa, el Tokyo Sky Tree, la Torre
de televisión de Cantón y el Makkah Royal Clock Tower Hotel), con una altura de
553,33 metros, y la torre más alta de America. Fue la más alta desde 1975 a
2007. Cuenta con un observatorio ubicado a los 447 m, siendo éste el tercero
más alto del mundo también. Es considerada como una de las Siete Maravillas del
Mundo moderno por parte de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles.
Se encuentra en el centro de la ciudad canadiense de Toronto, principal icono de la ciudad junto con otra gran atracción túristica: el Rogers Centre, casa de los Toronto Blue Jays. La torre es la principal postal de la ciudad, atrayendo más de 2 millones de turistas cada año.
Se encuentra en el centro de la ciudad canadiense de Toronto, principal icono de la ciudad junto con otra gran atracción túristica: el Rogers Centre, casa de los Toronto Blue Jays. La torre es la principal postal de la ciudad, atrayendo más de 2 millones de turistas cada año.
• La Basílica Notre-Dame de Montreal
situada en el distrito de Ville-Marie en la ciudad de Montreal, es la
iglesia-madre de Montreal. Auténtica galería de arte religioso, la riqueza de
sus adornos no tiene equivalente en Montreal.
Notre-Dame de Montreal es uno de los más preciados patrimonios religiosos de Quebec. Bajo la gloria de los sulpicianos, entonces Señores de la Isla de Montreal, la iglesia conoció numerosas etapas de construcción. La basílica recibe cada año cientos de miles de visitantes, atraídos por su esplendor neogótico, así como sus tesoros históricos: tallas de madera, pinturas, vidrieras, esculturas, una colección notable de arte sacro del siglo XVII al siglo XX. Se celebran numerosos matrimonios. En la capilla de Sagrado Corazón, reconstruida en 1980 después de un incendio, hay un retablo de bronce de Charles Daudelin. Se puede acceder a la basílica en visitas de 20 de minutos, o conferencias de 2 horas. Podemos entonces admirar el interior, la finura de los detalles. La basílica de Notre Dame ha sido reconocida como un lugar histórico nacional de Canadá en 1989.
Notre-Dame de Montreal es uno de los más preciados patrimonios religiosos de Quebec. Bajo la gloria de los sulpicianos, entonces Señores de la Isla de Montreal, la iglesia conoció numerosas etapas de construcción. La basílica recibe cada año cientos de miles de visitantes, atraídos por su esplendor neogótico, así como sus tesoros históricos: tallas de madera, pinturas, vidrieras, esculturas, una colección notable de arte sacro del siglo XVII al siglo XX. Se celebran numerosos matrimonios. En la capilla de Sagrado Corazón, reconstruida en 1980 después de un incendio, hay un retablo de bronce de Charles Daudelin. Se puede acceder a la basílica en visitas de 20 de minutos, o conferencias de 2 horas. Podemos entonces admirar el interior, la finura de los detalles. La basílica de Notre Dame ha sido reconocida como un lugar histórico nacional de Canadá en 1989.
Maravillas naturales:
• La
Bahía de Fundy nace en Maine. Su “rutina de mareas” es intensa y drástica: dos
veces por día el mar llega a llenar y vaciar 100 billones de toneladas de agua
haciendo a sus mareas las más altas del mundo, alcanzando en algunas zonas 16
metros de altura. Una consecuencia podremos observarla también en el puerto que
se queda sin agua. El fuerte movimiento de las
mareas hace que ciertos nutrientes del suelo oceánico emerjan a la superficie
atrayendo a una increíble variedad de fauna, que hace de la zona algo aún más
mágico. Sumado a las formas que ha tallado la marea en los acantilados de la
costa son tan increíbles como los suelos rojizos de arenisca y roca volcánica
entre el cual se pueden encontrar fósiles.
•
El Lago Manchado, a un kilómetro de Columbia Británica, más que una maravilla
natural es un paisaje de una belleza extraña, casi delirante. El paisaje que
conforman cambia de colores de acuerdo a la estación: en verano, por ejemplo,
sus piletones lucen blancos, verdes o amarillos. Los componentes del suelo
(sal, titanio, calcio, etc.) se concentran formando sendas entre los piletones,
que permanecen cubiertas mientras la laguna está alta y al evaporarse el agua
en las épocas cálidas, quedan al descubierto mostrando su apariencia manchada.
Para poder verla de ésta forma debes ir desde junio hasta mediados de
septiembre.
• Las Montañas Rocallosas (o Rocosas). Una
de sus porciones que, por los caprichos de límites geográficos establecidos por
los hombres, pertenece a Canadá, incluye cinco parques nacionales: cuatro de
ellos entrelazan y forman el Parque Patrimonio de la Humanidad Parque de las
Montañas Rocosas Canadienses. Estos cuatro parques son el Parque Nacional
Banff, el Parque Nacional Jasper, el Parque Nacional Yoho y el Parque Nacional
Kootenay. El parque nacional que no está i ncluido en el Patrimonio de la
Humanidad es el Parque Nacional Waterton, que no está unido con los demás (se
encuentra más al sur, a lo largo de la frontera internacional).
• El gran
Cañón del Nahanni fue el primer lugar que la UNESCO nombró como Patrimonio de
la Humanidad en 1978. Se encuentran el
Río Nahanni Sur, las Catataras Virginia (una caída desde 92 metros de altura
que duplica a las cataratas del Niágara), termas de sulfuro, tundra alpina, y bosques de abetos. El lugar
es de difícil acceso –sólo se puede llegar por aire y algunas empresas ofrecen
hacerlo vía rafting o canoa- por lo cual el turismo es restringido.
• El Parque Nacional
Gros Morne, Newfoundland, también declarado por la UNESCO como Patrimonio
Natural de la Humanidad, Gros Morne es una conjunción asombrosa de acantilados,
cascad as,
playas arenosas y pueblos encantadores donde practicar la pesca en la costa
oeste de Terranova, en la región Atlántica de Canadá.
• El cementerio de los Dinosaurios,
Alberta. La Formación Dinosaur Park, en el sur de Alberta, es literalmente un
depósito de esqueletos fósiles de dinosaurios, un tesoro también declarado como
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En el Parque hay grandes zonas donde
descansan los restos de al menos 35 especies de dinosaurios que la habitaron
hace 75 millones de años cuando el lugar era una selva sub tropical. Las formas inéditas que toman las tierras en
Alberta son de una particularidad tal, que es mejor verlas, porque las palabras
quedan cortas.
•
En inglés se llaman “northern lights” y su nombre científico es Aurora Boreal.
Esta maravilla natural se da en los cielos del norte, y se puede ver hasta en
lugares como Saskatchewan, uno de los mejore s puntos de observación de auroras
boreales en Canadá.
•
El Lago Peyto. Sus aguas turquesa atrapan la mirada de quien la visite en el
Parque Nacional Banff, a 2000 msnm. Su aspecto brillante es producido por
partículas que surgieron por la erosión del agua sobre las rocas.
Sentimientos nacionales:
Los canadienses
son nacionalistas. Profesan amor por la patria y los símbolos del país, están
orgullos de sus sistemas educativo y de salud, universales y gratuitos, y
admiran los principios democráticos y de tolerancia y respeto por la diversidad
que caracterizan la sociedad canadiense. Expresan libremente estos sentimientos
portando con orgullo los estandartes de la nación. Cuando viajan cuelgan en
maletas y mochilas la bandera canadiense y muchas veces lucen gorras o franelas
con los símbolos patrios, como la flor de arce, el castor o las insignias de
los equipos de hockey.
Los canadienses son muy susceptibles ante el hecho de que se confunda su país con los Estados Unidos. Por esa razón, hay que ser muy cuidadoso con esto, en especial si se viene de una nación diferente de los Estados Unidos porque el acento canadiense (cuando se habla inglés) es difícil de distinguir, aunque resulta absolutamente perceptible para los residentes estadounidenses y canadienses. Tampoco conviene referirse a los Estados Unidos como América, que es el nombre del continente del cual Canadá es el país más grande.
Esta innegable conciencia del lugar de Canadá en Norteamérica, no debe confundirse con odio o rechazo hacia los Estados Unidos. Los canadienses aprecian a sus vecinos. De hecho, consumen los productos culturales de Estados Unidos, vacacionan frecuentemente en ese país, especialmente en la costa este, Florida y California, y a menudo establecen amistad con los estadounidenses.
Por otra parte, Canadá para los británicos es notablemente más británica que los Estados Unidos. En efecto, las diferencias lingüísticas entre Canadá y el Reino Unido son menores, el sistema de medidas usado en ambos países es el métrico y la Reina de Inglaterra (también reina de Canadá) aparece en la moneda canadiense.
Los canadienses se esmeran por desmitificar los estereotipos típicos de su gentilicio, como que pronuncian frecuentemente la vocal inglesa “ou” como si fuera “oo”, diciendo “aboot” en lugar de “about”; que viven en un clima gélido permanentemente; que suelen ser demasiado amables; que todos juegan bien el hockey; o que conforman una nación militarmente débil.
Los canadienses son muy susceptibles ante el hecho de que se confunda su país con los Estados Unidos. Por esa razón, hay que ser muy cuidadoso con esto, en especial si se viene de una nación diferente de los Estados Unidos porque el acento canadiense (cuando se habla inglés) es difícil de distinguir, aunque resulta absolutamente perceptible para los residentes estadounidenses y canadienses. Tampoco conviene referirse a los Estados Unidos como América, que es el nombre del continente del cual Canadá es el país más grande.
Esta innegable conciencia del lugar de Canadá en Norteamérica, no debe confundirse con odio o rechazo hacia los Estados Unidos. Los canadienses aprecian a sus vecinos. De hecho, consumen los productos culturales de Estados Unidos, vacacionan frecuentemente en ese país, especialmente en la costa este, Florida y California, y a menudo establecen amistad con los estadounidenses.
Por otra parte, Canadá para los británicos es notablemente más británica que los Estados Unidos. En efecto, las diferencias lingüísticas entre Canadá y el Reino Unido son menores, el sistema de medidas usado en ambos países es el métrico y la Reina de Inglaterra (también reina de Canadá) aparece en la moneda canadiense.
Los canadienses se esmeran por desmitificar los estereotipos típicos de su gentilicio, como que pronuncian frecuentemente la vocal inglesa “ou” como si fuera “oo”, diciendo “aboot” en lugar de “about”; que viven en un clima gélido permanentemente; que suelen ser demasiado amables; que todos juegan bien el hockey; o que conforman una nación militarmente débil.
Canadá cuenta con varios símbolos nacionales: objetos, himnos, acontecimientos, instituciones, actividades y personas que tienen un significado especial para la nación. Se emplean como un recordatorio de lo que significa ser canadiense y ayudan a expresar la identidad nacional.
• La
bandera nacional de Canadá es un rectángulo, el doble de largo que de ancho, de
color rojo y blanco, los colores oficiales de Canadá, designados por el rey
Jorge V en 1921. Presenta dos barras rojas en los extremos y en el centro un
recuadro blanco con una estilizada hoja roja de arce de 11 puntas. La hoja de arce es una imagen nacional y representa la tierra y
su gente. Recuerda la típica actividad canadiense, actualmente vigente, de
recoger la savia del árbol de arce y convertirlo en preciado alimento. Su
nombre oficial es bandera nacional de Canadá y fue proclama como tal por la
reina Isabel II en ceremonia oficial celebrada el 15 de febrero de 1965, en
Ottawa.
• El escudo de armas de Canadá fue
oficialmente proclamado el 21 de noviembre de 1921, por el Rey Jorge V. El
diseño actual, fue aprobado en 1994 y difiere del original de 1921 por la
inclusión del listón con el lema de la Orden de Canadá.
El escudo de Canadá refleja los símbolos reales de Gran Bretaña y Francia, colocados en cuatro de cinco cuarteles: en el primero, tres leones reales símbolos de Inglaterra; en el segundo, el león real de Escocia; en el tercero, el arpa real de Tara, símbolo de Irlanda; en el cuarto, tres flores de lis de oro, símbolo de Francia. En el quinto y último cuartel, un símbolo canadiense, una rama de arce de tres hojas que representa a los canadienses de todos los orígenes.
El escudo de Canadá refleja los símbolos reales de Gran Bretaña y Francia, colocados en cuatro de cinco cuarteles: en el primero, tres leones reales símbolos de Inglaterra; en el segundo, el león real de Escocia; en el tercero, el arpa real de Tara, símbolo de Irlanda; en el cuarto, tres flores de lis de oro, símbolo de Francia. En el quinto y último cuartel, un símbolo canadiense, una rama de arce de tres hojas que representa a los canadienses de todos los orígenes.
Sobre el escudo, el casco, timbrado con un yelmo con
burelete y lambrequín, estos dos últimos elementos en gules (rojo heráldico) y
plata (blanco heráldico), los colores nacionales de Canadá.
Sobre el casco, la cresta, formada por una corona o anillo de seda trenzado blanco y rojo sobre el que se levanta un león de oro coronado, símbolo de la valentía y el coraje, sosteniendo en su garra derecha una hoja de arce rojo, símbolo de la soberanía de Canadá.
El escudo con listón, casco y cresta, aparece flanqueado por dos figuras de soporte: un león de Inglaterra coronado de oro portando el estandarte del Reino Unido, y un unicornio de escocia coronado en plata, portando el estandarte real francés.
En la parte inferior aparece la cinta con el lema de Canadá en latín: “A Mari usque ad Mare” (“De mar a mar”), inspirado en las escrituras bíblicas: “Y dominará de mar a mar y desde el río hasta los confines de la tierra.” Salmo 72: 8.
En la base, un emblema floral asociado a la monarquía canadiense: la rosa de Inglaterra, el cardo de Escocia, la flor de lis de Francia y el trébol irlandés.
Sobre el casco, la cresta, formada por una corona o anillo de seda trenzado blanco y rojo sobre el que se levanta un león de oro coronado, símbolo de la valentía y el coraje, sosteniendo en su garra derecha una hoja de arce rojo, símbolo de la soberanía de Canadá.
El escudo con listón, casco y cresta, aparece flanqueado por dos figuras de soporte: un león de Inglaterra coronado de oro portando el estandarte del Reino Unido, y un unicornio de escocia coronado en plata, portando el estandarte real francés.
En la parte inferior aparece la cinta con el lema de Canadá en latín: “A Mari usque ad Mare” (“De mar a mar”), inspirado en las escrituras bíblicas: “Y dominará de mar a mar y desde el río hasta los confines de la tierra.” Salmo 72: 8.
En la base, un emblema floral asociado a la monarquía canadiense: la rosa de Inglaterra, el cardo de Escocia, la flor de lis de Francia y el trébol irlandés.
• El 24 de marzo de 1975, el castor, el roedor más grande de
Canadá, fue proclamado un símbolo de la soberanía canadiense, rindiéndose así tributo
al comercio de pieles de castor que floreció a finales de 1600 y que contribuyó
en gran medida al fortalecimiento de Canadá como colonia norteamericana de
Francia, primero, y de Inglaterra, después.
Durante los siglos XVII y XVIII los comerciantes franceses e ingleses vendían en Europa las pieles de castor a 20 veces el valor original de compra en Canadá. El castor pronto simbolizó la bonanza económica del asentamiento europeo en América del Norte.
Durante los siglos XVII y XVIII los comerciantes franceses e ingleses vendían en Europa las pieles de castor a 20 veces el valor original de compra en Canadá. El castor pronto simbolizó la bonanza económica del asentamiento europeo en América del Norte.
Cabe
señalar que cada provincia y territorio canadiense posee sus propios símbolos.
Adicionalmente, algunas provincias pueden tener sus propios calendarios
feriados y exaltar ciertos lemas y emblemas. Tal es el caso de la provincia
francófona de Quebec, que conforma una unidad cultural dentro de Canadá, y que
posee un alto sentido del nacionalismo. Quebec celebra su propio día nacional y
valora sus propios símbolos provinciales como la flor de lis y el color azul.
Conflictos
históricos:
• Conflicto anglo-francés
Canadá fue colonizada por dos grandes potencias europeas que
estaban históricamente en desacuerdo una con la otra —Inglaterra y Francia—, y
fue inevitable que esta tensión de años se desbordara sobre Canadá; durante los
siglos XVII y XVIII, hubo conflictos continuos entre las potencias
colonizadoras del territorio canadiense.
- SIGLO XVII: Dos años después de que los franceses fundaran Annapolis Royal, los ingleses establecieron su primer asentamiento, en Jamestown, Virginia al sur. A partir de estas bases, emergerían colonias mucho mayores. La colonia francesa de Quebec en el río San Lorenzo se basó principalmente en el comercio de pieles y disfrutó del apoyo de la Monarquía de Francia. Creció lentamente en medio de las duras condiciones geográficas y climáticas. Las colonias inglesas localizadas al sur, con condiciones más favorables, desarrollaron economías más diversificadas y florecieron. El resultado fue que para la década de 1750, cuando las rivalidades económicas, políticas y militares desembocaron en la Guerra de los Siete Años, la población total de las 13 colonias inglesas era de 1.500.000, mientras que la de los rivales franceses al norte era de tan sólo 60.000. Como resultado, fuera de sus fortalezas de Quebec y Louisbourg, los franceses fueron forzados a emplear tácticas de guerra de guerrillas, en gran parte adoptadas de los nativos. La forma de lucha de guerrilla se conoció como la petite guerre. Durante el siglo XVII, hubo varias escaramuzas entre las dos grandes potencias. En 1629, un grupo de merodeadores ingleses capturaron y quemaron la fortaleza en Quebec y se llevaron a Champlain y a los otros líderes como prisioneros a Inglaterra. Sin embargo, en 1632 los ingleses pidieron disculpas y devolvieron la ciudad a los franceses, quienes reconstruyeron su capital y reanudaron sus esfuerzos. La siguiente amenaza seria para Quebec en el siglo XVII vino en 1690 cuando, alarmadas por los ataques de la petite guerre, las colonias de Nueva Inglaterra enviaron una expedición armada hacia el norte, bajo el mando de Sir William Phips, para capturar la fuente de los problemas: Quebec. La expedición estaba pobremente organizada y tenía poco tiempo para alcanzar su objetivo, habiendo llegado a mediados de octubre, poco antes de que el San Lorenzo se congelara. La expedición fue responsable de provocar uno de los más famosos pronunciamientos en la historia militar canadiense. Cuando Phips le demandó que se rindiera, el gobernador de Nueva Francia Louis de Buade de Frontenac, en ese entonces en su segundo periodo de mandato, contestó (de acuerdo a los reportes del propio Frontenac): "Responderé ... sólo con las bocas de mis cañones y los disparos de mis mosquetes" ("I will answer … only with the mouths of my cannons and the shots of my muskets"). Después de un solo desembarque frustrado en la costa de Beauport al este de la ciudad, el ejército inglés se retiró por las aguas heladas del río San Lorenzo.
- SIGLO XVII: Dos años después de que los franceses fundaran Annapolis Royal, los ingleses establecieron su primer asentamiento, en Jamestown, Virginia al sur. A partir de estas bases, emergerían colonias mucho mayores. La colonia francesa de Quebec en el río San Lorenzo se basó principalmente en el comercio de pieles y disfrutó del apoyo de la Monarquía de Francia. Creció lentamente en medio de las duras condiciones geográficas y climáticas. Las colonias inglesas localizadas al sur, con condiciones más favorables, desarrollaron economías más diversificadas y florecieron. El resultado fue que para la década de 1750, cuando las rivalidades económicas, políticas y militares desembocaron en la Guerra de los Siete Años, la población total de las 13 colonias inglesas era de 1.500.000, mientras que la de los rivales franceses al norte era de tan sólo 60.000. Como resultado, fuera de sus fortalezas de Quebec y Louisbourg, los franceses fueron forzados a emplear tácticas de guerra de guerrillas, en gran parte adoptadas de los nativos. La forma de lucha de guerrilla se conoció como la petite guerre. Durante el siglo XVII, hubo varias escaramuzas entre las dos grandes potencias. En 1629, un grupo de merodeadores ingleses capturaron y quemaron la fortaleza en Quebec y se llevaron a Champlain y a los otros líderes como prisioneros a Inglaterra. Sin embargo, en 1632 los ingleses pidieron disculpas y devolvieron la ciudad a los franceses, quienes reconstruyeron su capital y reanudaron sus esfuerzos. La siguiente amenaza seria para Quebec en el siglo XVII vino en 1690 cuando, alarmadas por los ataques de la petite guerre, las colonias de Nueva Inglaterra enviaron una expedición armada hacia el norte, bajo el mando de Sir William Phips, para capturar la fuente de los problemas: Quebec. La expedición estaba pobremente organizada y tenía poco tiempo para alcanzar su objetivo, habiendo llegado a mediados de octubre, poco antes de que el San Lorenzo se congelara. La expedición fue responsable de provocar uno de los más famosos pronunciamientos en la historia militar canadiense. Cuando Phips le demandó que se rindiera, el gobernador de Nueva Francia Louis de Buade de Frontenac, en ese entonces en su segundo periodo de mandato, contestó (de acuerdo a los reportes del propio Frontenac): "Responderé ... sólo con las bocas de mis cañones y los disparos de mis mosquetes" ("I will answer … only with the mouths of my cannons and the shots of my muskets"). Después de un solo desembarque frustrado en la costa de Beauport al este de la ciudad, el ejército inglés se retiró por las aguas heladas del río San Lorenzo.
- INICIOS DEL SIGLO XVIII: Durante el siglo XVIII, la lucha
anglo-francesa en Canadá se intensificó ya que la rivalidad entre las naciones
empeoró en Europa. Al crecer las preocupaciones, el gobierno francés invirtió
más y más recursos militares en sus colonias norteamericanas. Costosas
guarniciones fueron mantenidas en los distantes puestos de comercio de pieles,
las fortificaciones de Quebec fueron perfeccionadas y aumentadas, y un nuevo
pueblo fortificado fue construido en la costa este de Île Royale, o Isla de
Cabo Bretón: la fortaleza de Louisbourg, la llamada "Dunkerque del
Norte".
En tres ocasiones durante el siglo XVIII, las colonias francesas e inglesas de Norteamérica se encontraron en guerra. Las dos primeras grandes guerras fueron ramificaciones locales de los conflictos europeos de mayor dimensión: la Guerra de Sucesión Española (1702-1713) y la Guerra de Sucesión Austriaca (1744-1748). La última, la Guerra de los Siete Años (1756-1763) inició en el valle del Ohio. La petite guerre de los canadienses dejó una sensación de terror y devastación a través de los pueblos y aldeas del norte de Nueva Inglaterra, a veces incluso en lugares más hacia el sur como Virginia. La guerra también se extendió a los fuertes localizados a lo largo de la costa de la Bahía de Hudson. En 1713, un ejército británico logró capturar Port Royal, la capital francesa de Acadia en lo que actualmente es Nueva Escocia. Como resultado, Francia se vio forzada a ceder el control del territorio de Nueva Escocia a Gran Bretaña en el Tratado de Utrecht, dejando a los actuales territorios de Nuevo Brunswick, Isla del Príncipe Eduardo e Isla de Cabo Bretón en manos de los franceses. La posesión británica de la Bahía de Hudson fue garantizada con el mismo Tratado.
Durante la Guerra de Sucesión Austriaca, un ejército de la milicia de Nueva Inglaterra, bajo el mando de William Pepperell y el Comodoro Peter Warren de la Marina Real Británica, capturó exitosamente Louisbourg en 1745. No obstante, con el Tratado de Aquisgrán que terminó la guerra en 1748, Francia recuperó a Louisbourg al intercambiar otras de sus conquistas en los Países Bajos y la India. Los habitantes de Nueva Inglaterra estaban furiosos, y como contrapeso ante el continuo poder de Francia en Louisbourg, los británicos fundaron el asentamiento militar de Halifax en 1749, con una poderosa base naval en su espacioso puerto para protegerse de los franceses.
- GUERRA DE LOS SIETE AÑOS: En 1754, la Guerra de los Siete Años estalló en Norteamérica,18 donde en ocasiones es llamada la Guerra Franco-india. Los franceses habían comenzado a desafiar los reclamos territoriales de los comerciantes angloamericanos en el valle del Ohio al oeste de los Apalaches —tierra que fue reclamada por algunas de las colonias británicas en sus estatutos reales—. Los franceses buscaban el control de estos territorios para la obtención de pieles, así como las costas de Terranova para la pesca.18 También planeaban frenar la expansión inglesa hacia el oeste y unir sus posesiones del norte con las del sur, en la región de Nueva Orleans.18 Para ello, en 1753, los franceses iniciaron la ocupación militar del valle del Ohio al construir una serie de fuertes. En 1755, los británicos enviaron dos regimientos a Norteamérica para expulsar a los franceses de estos fuertes, pero fueron derrotados por los francocanadienses y los amerindios cuando se aproximaron al Fort Duquesne.18 La guerra fue formalmente declarada en 1756, y en Quebec, seis regimientos franceses de troupes de terre, o líneas de infantería, estuvieron bajo el comando del recién llegado general, el Marqués de Montcalm. Acompañándolo estuvieron otros dos batallones de troupes de terre, elevando el número total de soldados profesionales franceses en la colonia a cerca de 400. Esta fue la primera agrupación significante de soldados profesionales entrenados en lo que se convertiría en el territorio canadiense.
Bajo las órdenes de su nuevo comandante, los franceses al principio consiguieron unas cuantas victorias sorpresivas sobre los británicos, primero en Fort William Henry al sur del lago Champlain, donde, en 1757, más de 2.200 hombres, en su mayor parte soldados comunes británicos, se rindieron. Al año siguiente, una victoria aún mayor se consiguió cuando el ejército británico —con unos 15.000 hombres bajo el mando del mayor general James Abercrombie— fue rotundamente derrotado en su ataque en una fortificación francesa en Carillon (más tarde renombrado Fuerte Ticonderoga por los británicos) en la parte sur del lago Champlain. Los franceses no eran más de 3.500, pero antes de que los británicos se retiraran, los franceses habían causado la pérdida de unos 2.000 hombres, en comparación a una pérdida francesa de unos 350. Mientras tanto, el esfuerzo británico de la guerra había sido impulsado con el nombramiento de William Pitt como Primer Ministro del Reino Unido, quien estaba determinado a ganar batallas y decidió que Norteamérica sería el quid del esfuerzo militar británico. En junio de 1758, un ejército británico de 13.000 soldados bajo el mando del mayor general Geoffrey Amherst, con James Wolfe como uno de sus brigadistas, permanentemente capturó la Fortaleza de Louisbourg.
Un año después Wolfe fijó su atención en la Ciudad de Quebec. Después de varios intentos fallidos de desembarcar, incluyendo unas derrotas particularmente sangrientas en Beauport y Montgomery, Wolfe logró llevar a su ejército a la costa, en las Llanuras de Abraham, el 12 de septiembre. Montcalm, en contra del criterio de sus oficiales, se hizo a la mar con un ejército numéricamente inferior para encontrarse con los británicos. Una batalla de grandes dimensiones tuvo lugar en la que Wolfe fue asesinado, Montcalm herido de muerte, y 658 británicos y 644 franceses cayeron muertos o heridos. Gravemente dañados por las descargas masivas de los británicos, los franceses se retiraron hacia la ciudadela y soportaron un duro sitio y bloqueo económico por parte de los británicos antes de capitular el 18 de septiembre.
Sin embargo, en la primavera de 1760, el último general francés, François Gaston de Lévis, marchó de Montreal a Quebec y derrotó a los británicos en Sainte Foy en una batalla similar a la del año anterior; entonces la situación era la contraria, con los franceses sitiando las fortificaciones de Quebec detrás de las cuales los británicos se refugiaban. No obstante, los franceses finalmente tuvieron que reconocer la pérdida de Nueva Francia cuando la Marina Real Británica en lugar de la flota francesa fue la que zarpó por el río San Lorenzo cuando el hielo del invierno se derritió. Francia perdió casi todas sus posesiones norteamericanas, y retuvo solamente las pequeñas islas de San Pedro y Miquelón como base de su flotilla pesquera, que operó en los Grandes Bancos. Los franceses se retiraron formalmente de Norteamérica en 1763 cuando firmaron el Tratado de París. A Francia se le dio la opción de conservar o Nueva Francia o su colonia insular en el Caribe productora de azúcar, Guadalupe, y eligió a la segunda, ya que tenía diez veces el PIB de Quebec y, a diferencia de la otra, era rentable.
En tres ocasiones durante el siglo XVIII, las colonias francesas e inglesas de Norteamérica se encontraron en guerra. Las dos primeras grandes guerras fueron ramificaciones locales de los conflictos europeos de mayor dimensión: la Guerra de Sucesión Española (1702-1713) y la Guerra de Sucesión Austriaca (1744-1748). La última, la Guerra de los Siete Años (1756-1763) inició en el valle del Ohio. La petite guerre de los canadienses dejó una sensación de terror y devastación a través de los pueblos y aldeas del norte de Nueva Inglaterra, a veces incluso en lugares más hacia el sur como Virginia. La guerra también se extendió a los fuertes localizados a lo largo de la costa de la Bahía de Hudson. En 1713, un ejército británico logró capturar Port Royal, la capital francesa de Acadia en lo que actualmente es Nueva Escocia. Como resultado, Francia se vio forzada a ceder el control del territorio de Nueva Escocia a Gran Bretaña en el Tratado de Utrecht, dejando a los actuales territorios de Nuevo Brunswick, Isla del Príncipe Eduardo e Isla de Cabo Bretón en manos de los franceses. La posesión británica de la Bahía de Hudson fue garantizada con el mismo Tratado.
Durante la Guerra de Sucesión Austriaca, un ejército de la milicia de Nueva Inglaterra, bajo el mando de William Pepperell y el Comodoro Peter Warren de la Marina Real Británica, capturó exitosamente Louisbourg en 1745. No obstante, con el Tratado de Aquisgrán que terminó la guerra en 1748, Francia recuperó a Louisbourg al intercambiar otras de sus conquistas en los Países Bajos y la India. Los habitantes de Nueva Inglaterra estaban furiosos, y como contrapeso ante el continuo poder de Francia en Louisbourg, los británicos fundaron el asentamiento militar de Halifax en 1749, con una poderosa base naval en su espacioso puerto para protegerse de los franceses.
- GUERRA DE LOS SIETE AÑOS: En 1754, la Guerra de los Siete Años estalló en Norteamérica,18 donde en ocasiones es llamada la Guerra Franco-india. Los franceses habían comenzado a desafiar los reclamos territoriales de los comerciantes angloamericanos en el valle del Ohio al oeste de los Apalaches —tierra que fue reclamada por algunas de las colonias británicas en sus estatutos reales—. Los franceses buscaban el control de estos territorios para la obtención de pieles, así como las costas de Terranova para la pesca.18 También planeaban frenar la expansión inglesa hacia el oeste y unir sus posesiones del norte con las del sur, en la región de Nueva Orleans.18 Para ello, en 1753, los franceses iniciaron la ocupación militar del valle del Ohio al construir una serie de fuertes. En 1755, los británicos enviaron dos regimientos a Norteamérica para expulsar a los franceses de estos fuertes, pero fueron derrotados por los francocanadienses y los amerindios cuando se aproximaron al Fort Duquesne.18 La guerra fue formalmente declarada en 1756, y en Quebec, seis regimientos franceses de troupes de terre, o líneas de infantería, estuvieron bajo el comando del recién llegado general, el Marqués de Montcalm. Acompañándolo estuvieron otros dos batallones de troupes de terre, elevando el número total de soldados profesionales franceses en la colonia a cerca de 400. Esta fue la primera agrupación significante de soldados profesionales entrenados en lo que se convertiría en el territorio canadiense.
Bajo las órdenes de su nuevo comandante, los franceses al principio consiguieron unas cuantas victorias sorpresivas sobre los británicos, primero en Fort William Henry al sur del lago Champlain, donde, en 1757, más de 2.200 hombres, en su mayor parte soldados comunes británicos, se rindieron. Al año siguiente, una victoria aún mayor se consiguió cuando el ejército británico —con unos 15.000 hombres bajo el mando del mayor general James Abercrombie— fue rotundamente derrotado en su ataque en una fortificación francesa en Carillon (más tarde renombrado Fuerte Ticonderoga por los británicos) en la parte sur del lago Champlain. Los franceses no eran más de 3.500, pero antes de que los británicos se retiraran, los franceses habían causado la pérdida de unos 2.000 hombres, en comparación a una pérdida francesa de unos 350. Mientras tanto, el esfuerzo británico de la guerra había sido impulsado con el nombramiento de William Pitt como Primer Ministro del Reino Unido, quien estaba determinado a ganar batallas y decidió que Norteamérica sería el quid del esfuerzo militar británico. En junio de 1758, un ejército británico de 13.000 soldados bajo el mando del mayor general Geoffrey Amherst, con James Wolfe como uno de sus brigadistas, permanentemente capturó la Fortaleza de Louisbourg.
Un año después Wolfe fijó su atención en la Ciudad de Quebec. Después de varios intentos fallidos de desembarcar, incluyendo unas derrotas particularmente sangrientas en Beauport y Montgomery, Wolfe logró llevar a su ejército a la costa, en las Llanuras de Abraham, el 12 de septiembre. Montcalm, en contra del criterio de sus oficiales, se hizo a la mar con un ejército numéricamente inferior para encontrarse con los británicos. Una batalla de grandes dimensiones tuvo lugar en la que Wolfe fue asesinado, Montcalm herido de muerte, y 658 británicos y 644 franceses cayeron muertos o heridos. Gravemente dañados por las descargas masivas de los británicos, los franceses se retiraron hacia la ciudadela y soportaron un duro sitio y bloqueo económico por parte de los británicos antes de capitular el 18 de septiembre.
Sin embargo, en la primavera de 1760, el último general francés, François Gaston de Lévis, marchó de Montreal a Quebec y derrotó a los británicos en Sainte Foy en una batalla similar a la del año anterior; entonces la situación era la contraria, con los franceses sitiando las fortificaciones de Quebec detrás de las cuales los británicos se refugiaban. No obstante, los franceses finalmente tuvieron que reconocer la pérdida de Nueva Francia cuando la Marina Real Británica en lugar de la flota francesa fue la que zarpó por el río San Lorenzo cuando el hielo del invierno se derritió. Francia perdió casi todas sus posesiones norteamericanas, y retuvo solamente las pequeñas islas de San Pedro y Miquelón como base de su flotilla pesquera, que operó en los Grandes Bancos. Los franceses se retiraron formalmente de Norteamérica en 1763 cuando firmaron el Tratado de París. A Francia se le dio la opción de conservar o Nueva Francia o su colonia insular en el Caribe productora de azúcar, Guadalupe, y eligió a la segunda, ya que tenía diez veces el PIB de Quebec y, a diferencia de la otra, era rentable.
• Conflictos con los Estados Unidos
Aun con la amenaza francesa eliminada, las colonias
británicas de la costa este se volvieron cada vez más intranquilas. La Guerra
de la Independencia de los Estados Unidos en gran parte surgió de su desacuerdo
a pagar impuestos para apoyar la creación de un gran establecimiento militar,
cuando no había un enemigo obvio. Esto se vio incrementado por futuras
sospechas de las intenciones británicas cuando el valle de Ohio y otros
territorios occidentales demandados previamente por Francia no fueron anexados a
las colonias británicas existentes, especialmente Pensilvania y Virginia, que
tenían reclamos de mucho tiempo atrás en la región. En cambio, según el Acta de
Quebec, este territorio fue reservado para las Primeras Naciones. La Guerra de
la Independencia de los Estados Unidos (1776-1783) vio a los revolucionarios
usar la fuerza para liberarse del dominio británico y para reclamar estas
tierras occidentales. Las fuerzas americanas tomaron Montreal y la cadena de
fortalezas en el valle del Richelieu, pero los intentos de los revolucionarios
para tomar Quebec fueron repelidos. Durante esta época la mayoría de los
francocanadienses permanecieron neutrales. El fracaso de los revolucionarios en
estas áreas, y la lealtad a Gran Bretaña aún presente en algunos colonos,
resultaron en la división del imperio británico en América del Norte. Muchos
americanos que seguían siendo leales a la Corona, conocidos como los Lealistas
del Imperio Unido, se movieron hacia el norte, incrementando notablemente la
población de habla inglesa en la zona. La república independiente de los
Estados Unidos emergió al sur, mientras que una serie de colonias británicas
leales siguieron existiendo a lo largo de su frontera norte. A las colonias
británicas restantes se les conoció colectivamente como Norteamérica británica.
- GUERRA DE 1812: Después del cese de las hostilidades, la
animosidad y desconfianza continuaron entre los Estados Unidos y el Reino
Unido. Esto se tradujo en una guerra en 1812, cuando los estadounidenses le
declararon la guerra a los británicos. Los estadounidenses estaban fastidiados
debido al hostigamiento por parte de los británicos sobre los barcos
estadounidenses en alta mar, algo que sucedió debido a la participación
británica en las Guerras Napoleónicas que se estaban llevando a cabo en esa
época. Los británicos querían evitar que los norteamericanos comerciaran con
Francia y sus aliados, mas ellos sentían que sus derechos marítimos como país
neutral no estaban siendo respetados. Los estadounidenses no poseían una flota
capaz de desafiar a la Marina Real Británica, y por lo tanto una invasión a
Canadá fue propuesta como el único medio factible de atacar al Imperio
Británico. Los estadounidenses en la frontera oeste de la nación también
esperaban que una invasión propiciara el fin a lo que veían como un apoyo de
parte de los británicos a los indígenas nativos (proporcionándoles armas), los
cuales eran hostiles hacia los estadounidenses y se resistían a su expansión
hacia el oeste. Deseaban que la invasión ultimara sus reclamos en los
territorios occidentales. La estrategia inicial era hacerse con Canadá
temporalmente a fin de forzar las concesiones de los británicos. Sin embargo,
al progresar la guerra, la anexión total era citada más frecuentemente como un
objetivo —una expresión anticipada de lo que más tarde sería llamado
"doctrina del destino manifiesto"—. Muchos estadounidenses esperaban
que los francocanadienses recibieran con agrado la oportunidad de derrocar a
sus gobernantes británicos. Sin embargo, la realidad era otra, pues aunque los
habitantes del Bajo Canadá (la parte francófona de Canadá, en contraparte a la
parte inglesa, el Alto Canadá) no apoyaban incondicionalmente a los británicos,
tampoco se alegraban con la idea de una invasión estadounidense.
Los estadounidenses mandaron una invasión a través de su frontera norte en julio de 1812, después de que la guerra fuera declarada el 18 de junio.25 Los estadounidenses pensaban que hacerse con Canadá sería sencillo, pero dada la mala organización y la falta de fondos con la que contaban, su tarea se vio complicada.25 La guerra ardió por toda la frontera del Alto Canadá, tanto en tierra como en las aguas de los Grandes Lagos. Los británicos capturaron exitosamente Detroit en agosto, donde el ejército bajo las órdenes del general William Hull se rindió ante una fuerza comandada por el canadiense Isaac Brock.25 El 12 de julio, Hull había invadido Canadá en Sandwich (más tarde conocido como Windsor). La invasión fue detenida rápidamente, y Hull se retiró, pero esto le dio a Isaac Brock la excusa que necesitaba para abandonar las órdenes del Comandante en jefe de Norteamérica, George Prévost. Asegurando el auxilio por parte del jefe shawnee Tecumseh, Brock avanzó hacia Detroit. En este punto, incluso con sus aliados nativos, Brock era superado en número aproximadamente en dos a uno. No obstante, Brock había juzgado a Hull como un hombre tímido, y particularmente temeroso de los soldados de Tecumseh. De esta forma Brock decidió usar una serie trucos para intimidar a Hull. La derrota de Detroit fue total y definitiva. Más adelante, un considerable frente estadounidense en la frontera de Niágara fue derrotado en la Batalla de Queenston Heights por un ejército combinado de tropas británicas regulares y milicia colonial bajo el mando de Sir Isaac Brock, quien perdió su vida en la batalla.
1813 fue el año de las victorias estadounidenses, cuando recuperaron Detroit y disfrutaron de una serie de éxitos a lo largo de la orilla occidental del Lago Erie, culminando en la Batalla del Lago Erie (10 de septiembre) y la Batalla de Moraviantown o Batalla del Támesis el 5 de octubre. La batalla naval aseguró el dominio estadounidense de los lagos Erie y Hurón. En la Batalla del Támesis, no obstante, los británicos perdieron a uno de sus comandantes clave, Tecumseh. Más hacia el este, los estadounidenses lograron capturar y quemar York (más tarde Toronto) y tomaron el Fuerte George en Niágara, el cual retuvieron hasta el final de ese año. No obstante, en el mismo año, dos ataques estadounidenses contra Montreal fueron repelidos —uno por un ejército de soldados británicos regulares en Crysler's Farm, al suroeste de la ciudad en el río San Lorenzo; el otro, por un ejército conformado en su mayor parte de milicia francocanadiense bajo el mando de Charles de Salaberry, al sur de la ciudad en Allan's Corners en el río Chateauguay—. Las tribus iroquesas del Alto Canadá, los caughnawagas de las cercanías de Montreal, y tribus occidentales bajo el mando del jefe Tecumseh, fueron aliados valiosos de los británicos durante la campaña. Estos guerreros fueron parte importante en muchas batallas y en varias ocasiones tuvieron un impacto psicológico debilitante en el enemigo.
1814 fue el año de las derrotas estadounidenses. Los británicos recapturaron todo su territorio perdido y tomaron Michilimackinac en Míchigan. La derrota de Napoleón en Europa le otorgó a los británicos la oportunidad de volver su atención a la zona norteamericana y enviar más tropas a aquella guerra, lanzando ataques a Washington D. C., Baltimore y Nueva Orleans. Después de la captura de Washington D. C. en septiembre en Bladensburg, los británicos quemaron el Capitolio y la Casa Blanca, la cual fue previamente pintada de rosa. Los estadounidenses eligieron el camino de la paz después de esta derrota, a lo cual accedieron los británicos después de su derrota en Plattsburgh.
En diciembre de 1814, los dos oponentes firmaron el Tratado de Gante con el que cesaban las hostilidades y se restauraban las fronteras que habían existido antes de la guerra. En realidad el tratado de paz no tocó los puntos por los que había comenzado la guerra. Sin embargo, ésta sí ayudó a crear un sentimiento de identidad nacional tanto entre los estadounidenses como entre los canadienses. La exitosa defensa de Canadá dependió casi en su totalidad de las tropas británicas regulares, la Marina Real Británica y los indios nativos aliados. En Canadá la guerra es vista como una importante victoria canadiense y en los Estados Unidos en cambio es considerada como una victoria estadounidense (debido a las batallas de Baltimore y Nueva Orleans antes del fin de la guerra).
Los estadounidenses mandaron una invasión a través de su frontera norte en julio de 1812, después de que la guerra fuera declarada el 18 de junio.25 Los estadounidenses pensaban que hacerse con Canadá sería sencillo, pero dada la mala organización y la falta de fondos con la que contaban, su tarea se vio complicada.25 La guerra ardió por toda la frontera del Alto Canadá, tanto en tierra como en las aguas de los Grandes Lagos. Los británicos capturaron exitosamente Detroit en agosto, donde el ejército bajo las órdenes del general William Hull se rindió ante una fuerza comandada por el canadiense Isaac Brock.25 El 12 de julio, Hull había invadido Canadá en Sandwich (más tarde conocido como Windsor). La invasión fue detenida rápidamente, y Hull se retiró, pero esto le dio a Isaac Brock la excusa que necesitaba para abandonar las órdenes del Comandante en jefe de Norteamérica, George Prévost. Asegurando el auxilio por parte del jefe shawnee Tecumseh, Brock avanzó hacia Detroit. En este punto, incluso con sus aliados nativos, Brock era superado en número aproximadamente en dos a uno. No obstante, Brock había juzgado a Hull como un hombre tímido, y particularmente temeroso de los soldados de Tecumseh. De esta forma Brock decidió usar una serie trucos para intimidar a Hull. La derrota de Detroit fue total y definitiva. Más adelante, un considerable frente estadounidense en la frontera de Niágara fue derrotado en la Batalla de Queenston Heights por un ejército combinado de tropas británicas regulares y milicia colonial bajo el mando de Sir Isaac Brock, quien perdió su vida en la batalla.
1813 fue el año de las victorias estadounidenses, cuando recuperaron Detroit y disfrutaron de una serie de éxitos a lo largo de la orilla occidental del Lago Erie, culminando en la Batalla del Lago Erie (10 de septiembre) y la Batalla de Moraviantown o Batalla del Támesis el 5 de octubre. La batalla naval aseguró el dominio estadounidense de los lagos Erie y Hurón. En la Batalla del Támesis, no obstante, los británicos perdieron a uno de sus comandantes clave, Tecumseh. Más hacia el este, los estadounidenses lograron capturar y quemar York (más tarde Toronto) y tomaron el Fuerte George en Niágara, el cual retuvieron hasta el final de ese año. No obstante, en el mismo año, dos ataques estadounidenses contra Montreal fueron repelidos —uno por un ejército de soldados británicos regulares en Crysler's Farm, al suroeste de la ciudad en el río San Lorenzo; el otro, por un ejército conformado en su mayor parte de milicia francocanadiense bajo el mando de Charles de Salaberry, al sur de la ciudad en Allan's Corners en el río Chateauguay—. Las tribus iroquesas del Alto Canadá, los caughnawagas de las cercanías de Montreal, y tribus occidentales bajo el mando del jefe Tecumseh, fueron aliados valiosos de los británicos durante la campaña. Estos guerreros fueron parte importante en muchas batallas y en varias ocasiones tuvieron un impacto psicológico debilitante en el enemigo.
1814 fue el año de las derrotas estadounidenses. Los británicos recapturaron todo su territorio perdido y tomaron Michilimackinac en Míchigan. La derrota de Napoleón en Europa le otorgó a los británicos la oportunidad de volver su atención a la zona norteamericana y enviar más tropas a aquella guerra, lanzando ataques a Washington D. C., Baltimore y Nueva Orleans. Después de la captura de Washington D. C. en septiembre en Bladensburg, los británicos quemaron el Capitolio y la Casa Blanca, la cual fue previamente pintada de rosa. Los estadounidenses eligieron el camino de la paz después de esta derrota, a lo cual accedieron los británicos después de su derrota en Plattsburgh.
En diciembre de 1814, los dos oponentes firmaron el Tratado de Gante con el que cesaban las hostilidades y se restauraban las fronteras que habían existido antes de la guerra. En realidad el tratado de paz no tocó los puntos por los que había comenzado la guerra. Sin embargo, ésta sí ayudó a crear un sentimiento de identidad nacional tanto entre los estadounidenses como entre los canadienses. La exitosa defensa de Canadá dependió casi en su totalidad de las tropas británicas regulares, la Marina Real Británica y los indios nativos aliados. En Canadá la guerra es vista como una importante victoria canadiense y en los Estados Unidos en cambio es considerada como una victoria estadounidense (debido a las batallas de Baltimore y Nueva Orleans antes del fin de la guerra).
Fanatismos
y fundamentalismos:
Según las definiciones de “fanatismo” y “fundamentalismo”,
los canadienses no son fanáticos ni fundamentalistas, ya que no persiguen a que
todo el mundo comparta una determinada forma de pensar. Son más bien
tolerantes. Resulta inaceptable cualquier tipo de discriminación fundamentada
en la raza, la edad, le religión, la etnia, la orientación sexual o alguna
discapacidad física o mental. La discriminación está prohibida además en el
ámbito del trabajo, en especial en las ofertas de empleo, el proceso de
contratación y las condiciones laborales. Los canadienses se esfuerzan por
tratar a todos con equidad y justicia. La dignidad de las personas está bien
establecida en las leyes y las tradiciones del país. La ley prohíbe el acoso
bajo todas sus formas.
La sociedad canadiense es pluralista, respetuosa de la libertad de conciencia y de culto. Prácticamente todas las religiones están representadas en Canadá. La Carta Canadiense de Derechos y Libertades protege la libertad de culto. También significa que los ciudadanos deben mostrar respeto hacia las creencias de los demás. El Estado y sus instituciones, sin embargo, son laicos, incluido el sistema escolar público. Se garantiza así que las decisiones del colectivo se tomen en función del bien común y no de una elección religiosa. La religión más practicada en Canadá es la Religión Católica Romana. Cerca de la mitad de los católicos canadienses viven en Quebec. De las iglesias protestantes, la más común es la Iglesia Unida de Canadá, seguida por la Iglesia Anglicana, otros grupos de religiones protestantes comunes son los bautistas, presbyterianos, lutheranos y pentecostal; aproximadamente un 2% de la población también practican religiones ortodoxa y musulmana. Los judíos representan un 1% y recientemente han comenzado a llegar inmigrantes budistas e hindúes. El 13% de la población es atea.
Sin llegar al fanatismo, hay una idea compartida por todos los canadienses: el hockey sobre hielo es el deporte nacional.
Fue desarrollado en Canadá en el siglo XIX y desde entonces ocupa un lugar privilegiado en el gusto colectivo. Los jugadores destacados pasan a ser verdaderos héroes nacionales, queridos y admirados por los aficionados. La membresía a un equipo es una verdadera pasión que se mezcla con los sentimientos regionalistas. Los espectadores asisten a los partidos locales portando con orgullo los colores y símbolos de los equipos. Desde temprana edad, los niños reúnen las tarjetas de los jugadores de hockey y las colecciones se guardan como auténticos tesoros que se heredan durante generaciones.
Muchos jóvenes juegan hockey en la escuela, en las ligas de menores o en las calles silenciosas. Existen también ligas femeninas, cada vez más generalizadas, sobre todo en la escuela primaria. Sin embargo, se trata de un deporte costoso, que exige excelentes condiciones físicas y muchas horas de entrenamiento. Por lo tanto, es falsa la idea, más o menos difundida, de que todos los canadienses juegan hockey. Lo más seguro es que disfruten el juego como espectadores, desde las gradas o en la comodidad del hogar mediante la transmisión televisiva.
La sociedad canadiense es pluralista, respetuosa de la libertad de conciencia y de culto. Prácticamente todas las religiones están representadas en Canadá. La Carta Canadiense de Derechos y Libertades protege la libertad de culto. También significa que los ciudadanos deben mostrar respeto hacia las creencias de los demás. El Estado y sus instituciones, sin embargo, son laicos, incluido el sistema escolar público. Se garantiza así que las decisiones del colectivo se tomen en función del bien común y no de una elección religiosa. La religión más practicada en Canadá es la Religión Católica Romana. Cerca de la mitad de los católicos canadienses viven en Quebec. De las iglesias protestantes, la más común es la Iglesia Unida de Canadá, seguida por la Iglesia Anglicana, otros grupos de religiones protestantes comunes son los bautistas, presbyterianos, lutheranos y pentecostal; aproximadamente un 2% de la población también practican religiones ortodoxa y musulmana. Los judíos representan un 1% y recientemente han comenzado a llegar inmigrantes budistas e hindúes. El 13% de la población es atea.
Sin llegar al fanatismo, hay una idea compartida por todos los canadienses: el hockey sobre hielo es el deporte nacional.
Fue desarrollado en Canadá en el siglo XIX y desde entonces ocupa un lugar privilegiado en el gusto colectivo. Los jugadores destacados pasan a ser verdaderos héroes nacionales, queridos y admirados por los aficionados. La membresía a un equipo es una verdadera pasión que se mezcla con los sentimientos regionalistas. Los espectadores asisten a los partidos locales portando con orgullo los colores y símbolos de los equipos. Desde temprana edad, los niños reúnen las tarjetas de los jugadores de hockey y las colecciones se guardan como auténticos tesoros que se heredan durante generaciones.
Muchos jóvenes juegan hockey en la escuela, en las ligas de menores o en las calles silenciosas. Existen también ligas femeninas, cada vez más generalizadas, sobre todo en la escuela primaria. Sin embargo, se trata de un deporte costoso, que exige excelentes condiciones físicas y muchas horas de entrenamiento. Por lo tanto, es falsa la idea, más o menos difundida, de que todos los canadienses juegan hockey. Lo más seguro es que disfruten el juego como espectadores, desde las gradas o en la comodidad del hogar mediante la transmisión televisiva.
Bibliografía:
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_militar_de_Canad%C3%A1#Conflicto_anglo-franc.C3.A9s
http://www.ciberdroide.com/wordpress/%C2%BFque-es-el-fanatismo-y-el-fundamentalismo/
http://neuroc99.sld.cu/canada.htm#geografia
Leer más en:
Símbolos de Canadá. Descripción general de Canadá. | MeQuieroIr
http://www.mequieroir.com/paises/canada/emigrar/descripcion/simbolos/#ixzz3tDe1G0yw
Leer más en:
¿Cómo son los canadienses? Emigrar y vivir en Canadá. | MeQuieroIr
http://www.mequieroir.com/paises/canada/emigrar/como-son-los-canadienses/#ixzz3tDd3eg3T
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